El fin de ....

Le dije : Si esto sigue así será el fín del mundo.

Me contesto :

No, el fín del mundo no. Si nosotros desaparecemos el planeta seguirá.

martes, 13 de octubre de 2015

STALIN HA MUERTO

Y de repente el 5 de marzo de 1953 murió Stalin. 
Esa muerte irrumpió en el gigantesco sistema de entusiasmo mecanizado, de ira y de amor popular decretado por orden de los Comités regionales del Partido.

Stalin murió sin que estuviese planificado, sin la indicación correspondiente de los órganos directivos. Murió sin la orden personal del propio camarada Stalin. En aquella libertad, en aquella autonomía de la muerte había algo explosivo que contradecía la esencia íntima del Estado. Una confusión total se apoderó de las mentes y de los corazones.

¡ Stalin había muerto ! Algunos se sobrecogieron por el dolor : en ciertas escuelas los profesores obligaron a los alumnos a arrodillarse y, arrodillados también ellos y llorando a lágrima viva, leían el comunicado oficial de la muerte del Vozhd. Durante las asambleas funerarias, en las instituciones y en las fábricas muchos se sumieron en un estado de histerismo, se oían sollozos, gritos de mujeres en un estado de histerismo, se oían sollozos, gritos de mujeres fuera de sí. algunos se desvanecían. Habia muerto el gran dios, el ídolo del siglo XX, y las mujeres sollozaban...

A otros les embargó un sentimiento de felicidad. 
El campo, desfallecido bajo el peso de la mano de hierro de Stalin, suspiró aliviado. El júbilo invadió a millones y millones de personas confinadas en los campos...
Columnas de presos marchaban al trabajo en medio de las espesas tinieblas. El bramido del océano ensordecía el ladrido de los perros guardianes. Y de repente, como la luz de la aurora boreal, un clamor surgió de las filas : "¡ Stalin ha muerto !". Decenas de miles de reclusos escoltados se transmitían la noticia los unos a los otros, susurrando : "La ha palmado... la ha palmado...", y aquel susurro de miles y miles de personas aulló como el viento. La negra noche reinaba sobre la tierra polar. Pero el hielo del océano glacial se había roto, y el océano rugía.

Extracto de :

Todo fluye - Vasili Grossman

HUMOR EN VERDE : 

- Querida, me quiero morir.
- Yo también.
- ¿ Tú también quieres morirte ?
- No. Yo también quiero que te mueras.


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