Hay cultivos que no se siembran directamente en el terreno definitivo, sino que se hace semillero protegido. Cuando las plantas alcanzan determinado tamaño en ese semillero, es momento de pasarlas al terreno definitivo. A esta operación se le conoce como trasplante o plantación.
El semillero tiene el fin de evitar que las plantas estén expuestas al exterior cuando brotan, pues son muy vulnerables y no prosperarían la mayoría de ellas (viento, temperatura, Sol directo, plaga, pájaros...)
El semillero también tiene una segunda utilidad muy interesante de tipo "estratégico" en nuestro huerto o macetohuerto: Nos permite solapar dos cultivos en el tiempo. Por ejemplo: Tienes un cultivo de rábanos en el macetero, y les quedan dos meses para hacer la recolecta. Pero resulta que estás también en plena época de poner cebollas de "tal" variedad, y te gustaría ponerlas. Si quitas los rábanos para poner las cebollas pierdes los rábanos. Si dejas los rábanos pierdes la ocasión de poner las cebollas.
Lo anterior se evitar si haces un semillero de cebollas y dejas los rábanos seguir su curso en el macetero. Ambos cultivos coexisten...pero en sitio distinto. Cuando recolectes los rábanos, el macetero queda libre...para trasplantar las cebollas desde el semillero, que ya habrán crecido lo suficiente.
Este tipo de planificaciones y teje-manejes son un atractivo en la gestión del macetohuerto.
En la operación de trasplante hay que tener en cuenta el "marco de plantación" para que las plantas crezcan normalmente. El trasplante en sí debe hacerse con delicadeza para no romper las plantitas.
Una vez hecho el trasplante, regar, esparcir ceniza y aplicar azufre como preventivo de hongos.
HUMOR EN VERDE :
En Venezuela la clase baja pasó a ser clase sumergida y se nota el problema energético porque el gobierno tiene pocas luces.
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