La llamaban la Suiza del Oriente Medio, en aquella época, y era una ciudad tan hospitalaria que acogía con entusiasmo a todo aquel que solicitase refugio o fortuna: aventureros, perseguidos políticos, estafadores, espías, fracasados, desesperados en busca del Paraíso Terrenal. De los barcos, de las naves, de los aviones, desembarcaban a millares todos los dias. Muchos de ellos para quedarse y hacerse ricos. Además era una ciudad hermosa, aunque no poseyera monumentos excelsos, y su belleza no consistía sólo en un paisaje encantador.
Quintas esplendidas se alzaban en las colinas embellecidas aún por los cedros del Líbano, y jardines cuidados, miradores embaldosados con soberbios mosaicos alejandrinos. Residencias fastuosas y exquisitas villas art déco alegraban el parque llamado El Pinar, tan exuberante que el olor a resina se sentía a kilómetros de distancia.
Junto al parque, un magnifico hipódromo circundado por caballerizas que custodiaban los más preciados purasangres de la época.
Cerca del hipódromo, un museo en el que podías admirar los sarcófagos antropomorfos de los antepasados, los fenicios, y los hallazgos arqueológicos de las excavaciones de Biblos. Lujosos hoteles como el mítico Saint George, orlaban el soleado paseo marítimo, y night-clubs exclusivos, restaurantes famosos por sus vinos y su chef. No faltaba miseria, claro está. La opulencia se nutre de la miseria ajena. Pero no habia hambre y en todos los barrios encontrabas muestras de prosperidad.
Extracto de :
Inshallah - Oriana Fallaci
HUMOR EN VERDE :
Diferencia entre sexo por amor y sexo por dinero :
En el largo plazo el sexo por dinero sale más barato.
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